sábado, 12 de noviembre de 2011

Cuando empecé el colegio; cosas que nunca olvidaré.

       Cuando tenía tres añitos empecé a ir al colegio. Al principio tenía miedo porque cuando iba a la guardería todo el mundo me decía que como me portase mal cuando empezase a ir al cole de mayores, me iban a castigar. Pero todo aquello eran unas amenazas absurdas que lo único que pretendían era asustar a un niño pequeño como yo. En septiembre, empecé por fin a ir al cole de mayores. Lo mejor era que los primeros días solamente teníamos que ir unas horas, pero a medida que pasaban los meses fueron aumentando hasta ser todo la mañana. Aquello parecía interminable. Poco a poco fui haciendo amigos, con los que me lo pasaba muy bien jugando al fútbol en el recreo. Y así, poquito a poco, fue pasando mi primer año de colegio. Cuando terminó me di cuenta de que era mucho mejor de lo que decían y esperé ansioso todo el verano a que volviera a empezar el cole.
Mis amigos.

2 comentarios:

  1. Un relato sencillo, Monstruo. ¿De verdad eran ya interminables las clases (por llamarlas de alguna manera) cuando erais pequeñitos y casi no hacíais otra cosa que jugar?
    Un saludo.

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  2. Hola Monstruo de las galletas!
    Me ha gustado tu redacción, así como el decorado de tu cuaderno. Está muy bien visto el punto de la infancia y de los días de colegio, te felicito.
    Además te doy las gracias por el comentario de mi redacción del blog, gracias. Bien, Monstruo de las galletas. Pero temo que comer tantas galletas no sea sano. Pero bueno, si disfrutas tanto como haciendo relatos, por mí puedes seguir comiéndolas.
    Recuerdos desde mi mundo romántico.
    Tom

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